lunes, 8 de diciembre de 2014

poesías 19







Se elevan a lo cóncavo de su prisma fluorescente
los elementos fétidos de los días desmembrados
hay alguien más en combustión aquí conmigo?
-no, no hay nadie –me responde a mí mismo mi pensamiento…
en el cerebro han burbujeado estalactitas 
esta desbordada pecera
que inunda como escasez infinita
una alfombra de cigarros apagados en tu piel,
cera derretida, que en su gotear incesante
ha abierto un canal por el hueso frontal
ácidos pensamientos
desde el inicio mi corazón estuvo poblado de ellos
tejidos y esfenoides




Yo y mi plácida descomposición,
creo en la consecución insana del aturdimiento mental
y en la idea de que…
así como cambiamos en uno mismo de cuerpos
también cambiamos de manos
acariciamos heridas internas




Como se enrollan por los huesos
las venas
y en ellas 
se enreda sin nudos
la sangre
para ésta enredarnos a nosotros
con fuertes y apretados nudos de horcas
a la vida
así, al cerrarse un lindo día,
se siente la llegada de la mendicidad




Hago con la arena marmórea
de algún humano hueso
una capa muy fina
sobre un papel de rezo
-incidentalmente delineo un paisaje
con el roce de mis cabellos-
luego la acomodo en cargadas líneas
esnifar… esnifar lo detrito
entregarse a la violencia de lo absurdo




Mi piel
así se siente viva
circundando por errores
de otros, de vosotros;
cuando salgo de ti
y vomito con esperanza
me aborda el silencio, diáfano, empobrecido
ardiendo como una herida recién abierta
en un vientre de nebulosas;
en la hondonada del amanecer
el diablo está dibujando sus cruces sobre el agua,
caimanes erizados la piel
surgen a mi superficie
dejan muchos surcos
en mi espeso lago de recuerdos


danhysick